La mente es como un paracaídas: sólo funciona si se abre.
Albert Einstein
Está llegando la primavera, y con ello, el buen tiempo, los días más largos y los paisajes más verdes y soleados. Es un momento precioso del año, pero para muchos es también un momento clave para decidir sobre su futuro. Si eres de esas personas que están decidiendo qué estudiar, este artículo es para ti. Si, por el contrario, tu camino está ya cogiendo su rumbo, te recomiendo que sigas leyendo igualmente ya que seguro que descubres algún consejo que te hará reflexionar un poco.
Si estás en ese momento en el que todos te preguntan «¿Y qué vas a estudiar?«, y tú solo puedes responder con una sonrisa nerviosa y un «No lo sé», relájate. No estás solo. Decidir qué hacer con tu futuro puede ser abrumador, pero lo primero que debes saber es que no hay una respuesta única, ni ninguna decisión es irreversible. Aquí te dejo algunos consejos que pueden ayudarte a navegar este proceso sin estrés.
Elegir una carrera no es como firmar un contrato de por vida. Muchos creen que una vez que eliges un camino, no hay vuelta atrás, pero la realidad es que puedes cambiar de rumbo. Hay miles de personas que estudian una cosa y terminan dedicándose a otra completamente diferente. La educación te da herramientas, pero tu camino lo decides tú con el tiempo, la experiencia y tus propias pasiones. Yo mismo soy Ingeniero Aeronáutico y he terminado trabajando en una ONG diseñando proyectos de educación en África.
Así que si ahora te sientes presionado para escoger «la carrera perfecta», recuerda que no existe tal cosa. Aprende, explora, y si más adelante descubres que quieres hacer algo diferente, siempre puedes redirigir tu camino. Eso sí, te aseguro que estudiar y aprender nunca está de más, y escojas lo que escojas disfruta del camino.
Si la universidad no te convence o simplemente te atrae más la idea de aprender haciendo, la formación profesional es una alternativa excelente. Hay programas de FP en áreas como tecnología, programación, energías renovables, sanidad, diseño, gastronomía y muchas más, con una formación práctica que te prepara directamente para el mundo laboral.
Además, las formaciones son más cortas, empiezas a trabajar mucho antes y el margen de maniobra es mucho más rápido y amplio. Además, cada vez la FP es de mayor calidad y créeme, aquello que de que estudiar FP era para que los que no valían para la Universidad es agua pasada. A día de hoy, la calidad de la formación, las salidas profesionales y sus posibilidades y todo lo que aprendes es de un nivel increíble.
Además, en muchos sectores, la FP ofrece incluso más oportunidades de empleo que algunas carreras universitarias tradicionales. Empresas buscan profesionales con habilidades concretas y experiencia práctica, ¡algo que la FP te proporciona desde el primer momento!
Si la idea de meterte en una carrera sin estar convencido te asusta, tómate un respiro. No hay nada de malo en tomarte un año para descubrir qué quieres hacer realmente. Puedes viajar, trabajar en algo temporal, hacer voluntariado o aprender nuevas habilidades por tu cuenta.
Este tiempo te ayudará a conocerte mejor, descubrir qué te motiva y experimentar diferentes opciones antes de comprometerte con una decisión. Muchas veces, la claridad llega cuando sales de tu zona de confort y pruebas cosas nuevas (consejo importante: echa un ojo a los artículos de este blog dónde seguro que te vienen infinidad de ideas)
Sí, es importante pensar en el futuro laboral, pero también en lo que te gusta. Elegir una carrera solo porque «tiene muchas oportunidades» sin que te motive puede llevarte a la frustración. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre lo que te apasiona y lo que puede ofrecerte estabilidad.
Además, el mundo está cambiando rápidamente, y lo que hoy es una profesión con gran demanda, en unos años podría no serlo tanto. Lo mejor que puedes hacer es desarrollar habilidades adaptables: aprender a aprender, a comunicarte bien, a trabajar en equipo y a resolver problemas. Eso te abrirá puertas en cualquier sector.
Tu familia, amigos y profesores te darán consejos, y aunque es bueno escucharlos, recuerda que la decisión es tuya. Lo que funcionó para ellos no necesariamente tiene que funcionar para ti. Reflexiona, investiga y toma tu propia decisión basado en lo que realmente te interesa.
Por último, recuerda que equivocarse es parte del proceso. Si eliges algo y luego te das cuenta de que no era lo tuyo, no pasa nada. Se puede cambiar de carrera, de profesión, de país y hasta de forma de vida. Lo importante es seguir aprendiendo y avanzando.
Así que respira hondo y date permiso para explorar. Tu camino lo decides tú, y cada paso que des, incluso si parece incierto, te llevará a descubrir más sobre ti mismo y lo que realmente quieres. ¡Ánimo!
Apasionado por viajar, las culturas y las personas, Sergio es un ingeniero con experiencia en proyectos de cooperación internacional y de impacto social en comunidades por África y América Latina. Trabaja como coordinador de un proyecto de educación en África, ha fundado una ONG que trabaja con jóvenes activistas y ha montado una startup de movilidad sostenible.