Nuestro día a día está influenciado por la manera en la que vemos la vida y por cómo nos vemos a nosotros mismos.
Nuestras sensaciones y emociones, nuestras relaciones con los demás y la manera de afrontar las situaciones que se nos presentan están directamente relacionadas con nuestra autoestima.
Podemos pensar que tener buena autoestima se reduce únicamente a que nos vemos bien físicamente, estamos contentos con nuestra apariencia. Sin embargo va mucho más allá de esto. La autoestima es el resultado de la manera en la que nos valoramos, lo que pensamos de nosotros mismos y la confianza que tenemos en nuestras habilidades y la manera en la que nos tratamos.
Tal y como veíamos en el post “Nuestro crítico interior: Cómo nos hablamos“, la autoestima se va formando a lo largo de nuestra vida a través de:
La autoestima es un elemento esencial en la construcción de nuestra identidad, en:
Una buena autoestima nos permite conocer quiénes somos, estar seguros de ello y de las cosas que nos gustan. Nos permite tomar decisiones acordes a nuestros intereses y valores.
Una buena autoestima hace que establezcamos relaciones donde nos valoren y apoyen. Lo contrario supondría relaciones en las que no nos sentimos bien y no nos respetan.
Ante los cambios que se nos presentan podemos adoptar una actitud de valentía y confianza o de evitación y rechazo.
A pesar de que nuestra autoestima se va formando a lo largo de nuestra vida, es flexible y se puede fortalecer a través de un trabajo diario. Al igual que los personajes de nuestros videojuegos, comienzan con pocas habilidades, al jugar y superar desafíos se va ganando fuerza y mejorando su capacidad.
Es común escuchar afirmaciones o tener creencias erróneas sobre la autoestima que nos pueden confundir o crear expectativas falsas. Vamos a ver algunos mitos relacionados con la autoestima que pueden afectarnos:
Mito “Una buena autoestima significa sentirte bien contigo todo el tiempo”
Realidad: La autoestima no significa sentirse feliz todo el tiempo. Tener un mal día o sentirnos tristes es normal. Lo importante es ver que necesitamos y ser amables con nosotros mismos.
Mito “Si tienes buena autoestima, nunca vas a dudar de ti mismo”
Realidad: Es normal que nos surjan dudas e inseguridades en nuestro día a día. La diferencia está en saber manejarlas y no dejar que nos paralicen.
Mito “La autoestima significa ser perfecto”
Realidad: La autoestima no se relaciona con la perfección, sino con identificar cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y aceptarlas, tomando decisiones coherentes con nosotros mismos.
Mito “Tener muchos amigos y ser popular aumenta la autoestima”
Realidad: Ser popular no y tener muchos amigos no hace que tengamos una buena autoestima. Lo importante aquí consiste en tener relaciones sanas, establecer límites claros y sentirnos aceptados por cómo somos.
A pesar de que en cada persona se puede manifestar de una forma, algunas características que pueden reflejar una baja autoestima son los siguientes:
Estos aspectos se relacionan directamente con los componentes de la autoestima. Estos elementos están relacionados y cada uno de ellos nos acerca a la construcción de una buena autoestima:
El primer componente está relacionado con la manera en que nos vemos a nosotros mismos, a nuestras emociones, pensamientos o habilidades.
Tener un buen autoconcepto nos permite tener claro quienes somos así como identificar nuestras fortalezas y debilidades, necesario para avanzar al siguiente componente: la autoaceptación.
Implica la capacidad para aceptarnos a nosotros mismos, sin juzgarnos y querernos con nuestras imperfecciones.
La autoaceptación nos permite aceptar que tenemos aspectos que podemos mejorar, pero eso no significa que valgamos menos que otros.
Es la percepción del valor propio y lo importantes que nos sentimos. Es reconocer que merecemos recibir amor y ser respetados.
La autovaloración implica reconocer nuestras cualidades y logros y aceptar nuestra limitaciones. Esto nos va a permitir tener confianza en nosotros mismos.
Es la propia confianza en nuestras habilidades y capacidades. Nos permite creer en nosotros mismos y en lo que somos capaces de conseguir.
La autoconfianza implica afrontar las situaciones que se nos presentan sin tener miedo a que podamos fracasar. Nos permite desarrollar una buena autoestima.
Este componente se basa en todos los anteriores. Como se menciona al principio, implica la forma de hablarnos, de manejar nuestras emociones y la forma en la que nos tratamos. Es el respeto y cuidado hacia nosotros mismos como resultado de aceptarnos, valorarnos y confiar en nuestras capacidades.
Como hemos podido comprobar hasta ahora, no es necesario ser perfectos ni sentirnos seguros en todos los aspectos para tener una buena autoestima. La clave está en conocernos, aprender a tratarnos de manera amable y valorarnos por quienes somos, tanto de forma individual como en las relaciones que tenemos.
Esto requiere un trabajo diario y vale la pena que dediquemos tiempo en construir una identidad que nos haga sentir bien con quienes somos.
Somos un equipo de consultores de educación con amplia trayectoria en el sector. Ayudamos a familias y profesionales de la educación a desarrollar un plan estructurado para sus hijos o alumnos. #transparencia #educacioninternacional #expertoseneducacion