El estrés y la ansiedad están a la orden del día en nuestras sociedades. Es tanta la presión del hacer, y hacer cuanto antes, y hacer lo más rápido posible, para pasar a hacer lo siguiente que haya que hacer… Además, pronto llega la primavera y todo son planes y estar “hacia fuera”, ¿pero qué pasa con lo de dentro? En este artículo te doy ideas para conectar contigo y con tu entorno, para ir más despacio, más consciente y calmar tu sistema nervioso.
Vacía en el folio todo lo que te preocupa hasta cansarte, te ayudará a verlo desde fuera y encontrar otras perspectivas y alternativas.
Sabiendo aquello que te preocupa, haz una lista de tareas pendientes y ve tachando de lo que te vayas ocupando. Si te sobrecargas o saturas, reduce en tu planning lo que no es necesario, lo que puedes delegar o de lo que puedes prescindir. También practica el dar por acabado algo sin que sea perfecto, siendo suficiente.
Nuestra mente genera un flujo de pensamientos constante, como si de una radio se tratara. Probablemente mientras lees estas ideas sintonice la cadena de “no tengo tiempo para eso”. Respóndele, explícale que necesitas momentos de autocuidado y descanso para poder continuar con tu vida sin explotar.
En lugar de luchar contra ellas o reprimirlas para poder continuar con tus quehaceres, date espacio para sentir. Llora si necesitas llorar, grita si necesitas gritar
Es importante hacer pausas de lo que sea que tengas que hacer en las que oxigenes verdaderamente los pulmones y la mente. Puedes aprovechar para chequear cómo está tu cuerpo y estirarlo. En este artículo te cuento respiraciones que puedes practicar para bajar tus niveles de estrés y pararte a sentir.
No es necesario que te apuntes al gimnasio o a clases dirigidas, también pueden ser videos de youtube, salir a caminar, hacer estiramientos por tu cuenta… Lo importante es que haya movimiento en tu vida. Si el deporte de alta intensidad o los ejercicios de fuerza no te gustan, prueba con el yoga, el chi kung… Hay muchas posibilidades. Si te cuesta crear el hábito, intenta asociar el ejercicio físico a otra actividad agradable que funcione como un premio al terminar, ya sea una ducha o comer. Reduce la velocidad de la mente bajando la energía al cuerpo y concentrándote en el movimiento.
No necesariamente bien, lo importante es moverte buscando conectar y fluir con la música. Si así lo quieres, sal a algún concierto o sala de música o enciérrate en tu habitación y olvídate del mundo para sentir tu cuerpo.
Además de los beneficios que tiene para la circulación, ayuda a liberar noradrenalina, lo cual aumenta la atención y reduce la ansiedad.
El orden que tenemos en nuestra habitación o en nuestra mesa de estudio, se traducen en orden en nuestra cabeza.
Si te gusta la música, te sentará genial tararear o silbar mientras paseas o haces tareas automáticas como fregar los platos, ponerte canciones que te gusten con tus auriculares mientras vas de un lugar a otro en la ruidosa ciudad o mientras te duchas.
Si puedes coger un camino más largo a casa por el que pasas por el parque y puedes reducir la prisa y concentrarte en el canto de los pájaros, en las hojas moviéndose… 10 minutos al día pueden renovarte la energía. Aquí te dejo técnicas para conectar con la naturaleza.
Aunque sea telefónica o quedéis media hora para tirar la basura y sentaros en un banco, te sentará bien compartir cómo te ha ido el día, lo que te preocupa… Ver otra perspectiva y escuchar a otra persona.
Sentarte 5 minutos en el banco de la plaza puede mejorar tu humor en el día considerablemente.
Se apagará todo lo demás por un momento. Puedes probar a pintar mandalas, hacer collages, figuritas de origami, de arcilla o plastilina, garabatear con ceras… No necesitas hacerlo bien para que la magia suceda.
La lluvia, un atardecer, el mar, la montaña o el cielo estrellado, aunque sea desde tu balcón, para conectar con la grandeza de la naturaleza y el universo.
Ellos se ocupan de sobrevivir y el resto del tiempo, viven… Déjate relajar por su relax, ¡acariciarles es terapéutico!
Incorpora la filosofía de la slow life.
¿Temes “perder el tiempo” o “aburrirte”? Aprende a disfrutar del tiempo de inactividad con este artículo.
Procura que sea suave o agradable, y que suene en distintos momentos del día para recordarte parar, que el olvido no sea una excusa.
Prueba a practicar concentrarte en un solo sentido y percibir desde ahí.
La ansiedad es la mente yendo más deprisa que la vida.
Anónimo
Psicóloga y acompañante de personas en situación de vulnerabilidad: experiencia con menores en riesgo de exclusión social, migraciones, diversidad funcional y colectivo LGBTIQA+. Amante de todas las formas de vida, su misión es crear espacios sostenibles. Cooperante y gestora en proyectos de agroecología y protección animal. Escritora y fotógrafa en búsqueda de aprendizajes. “Cualquier momento es bueno para la ternura”.